EL BURRITO QUE QUERÍA APRENDER A LEER
(…) Y con tantas notas medias y redondeo de por medio, llegamos hasta uno de esos libros ideales para terminar la escuela y regalar a los maestros (yo nunca recibo tantos honores, snifff…). El burrito que quería aprender a leer, con texto de Mila Punzano e ilustraciones de Eva Sánchez (editorial Degomagom) narra la historia de un burro que, cargado de leña, pasa todos los días junto a su madre por la puerta de la escuela y, con el beneplácito del maestro decide acudir a clase todos los días para aprender a leer.
Con un texto directo y sin pretensiones, esta pequeña fábula contemporánea que además rinde tributo a la figura de los maestros, busca una explicación al rebuzno de estos equinos y de paso consigue dar un especial empujón a esos críos que se sumergen en el universo de la lectura.
Acompañadas de unos recursos bastante interesantes como las tapas y guardas peritextuales (fíjense bien en el relieve de portada y contraportada porque me parece un detalle maravilloso), sus ilustraciones coloristas y expresivas interaccionan mucho con esos lectores que, como un servidor, se pirran por los detalles (¿Han visto cómo el haz de leña pasa a ser un manojo de lápices?), las transformaciones (ese profesor emulando vocales no tiene desperdicio), las perspectivas cinematográficas, lo onírico (¡Vivan los sueños!) y las metáforas (burros desnudos vs. burros vestidos, ¿por qué?).
Y tras la perorata de hoy sola falta decir “¡Viva la escuela manque pierda!
Puedes leer la reseña completa en DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS
Román Belmonte