Uno de los trabajos fundamentales del primer Calatayud, donde me parece que se adivina mejor lo que vendría después: la luz ordenada, las extraordinarias composiciones, la socarronería y el color gozoso. Una colección de imágenes que yo sólo había visto de oídas recuperada, al fin, en el extraordinario libro que han sabido armar y amar los de Degomagom.
Pablo Auladell (Ilustrador)